lunes, 27 de febrero de 2012

El infierno sirio

26.02.2012

En enero de 2011 empezó “el despertar árabe”. Como pilló por sorpresa al mundo, no dio tiempo a que nadie interfiriera en su primer retoño: la revolución tunecina. Ha sido el único caso limpio y pacífico en que el pueblo se ha manifestado expresando su rechazo a un dictador y este ha huido. Los demás procesos han estado plagados de interferencias y manipulaciones de unos y otros lados; y de ahí la violencia y los muertos. Y Siria no es una excepción.

Lo que acontece en Siria ha evolucionado desde un escenario de represión violenta de manifestaciones pacíficas por parte de un régimen autoritario en marzo de 2011 [como venían haciendo todos los dictadores de la zona, y como siguen haciendo dictadores-monarcas como los de Bahrein] a un escenario de guerra civil que es el que se vive en la actualidad.

¿Por qué ha degenerado y cómo?

1. Primero, los errores cometidos en Libia han privado a Occidente de los mecanismos eficaces legales para actuar en Siria. La Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) 1973 de marzo de 2011 concitó el consenso internacional para actuar en Libia en aras de proteger a la población civil, sobre la base de un principio internacional que había costado mucho esfuerzo hacer realidad, el de la “Responsabilidad de Proteger” (R2P). Esa Resolución 1973 consagraba la R2P, llamaba a la mediación internacional y no buscaba explícitamente un cambio de régimen. Al resguardo de esa Resolución, y ninguneando esfuerzos de mediación internacional como los de la Unión Africana, distintos actores internacionales [Francia, Turquía y Catar-Arabia Saudí] se dedicaron a armar a la oposición en lo que pronto fue una guerra civil, que con la cobertura de la OTAN, culminó su objetivo de cambio de régimen en octubre de 2011 tras el asesinato de Muammar Gadafi. Algunos de los países que votaron de buena fe a favor del empleo de la R2P en Libia, se oponen ahora a ser traicionados de nuevo y ejercen su derecho de veto en el CSNU. De ahí que uno de los pocos mecanismos legales eficaces que había para proteger a las poblaciones civiles en caso de violaciones de derechos humanos se haya evaporado.

2. Segundo, la única estrategia seguida por Occidente y los países del Golfo para con Siria ha sido la de arrinconar al régimen imponiéndole condiciones desde la prepotencia. Y el régimen, en términos ajedrecísticos, se ha enrocado totalmente. Desde mayo de 2011 Occidente pedía la dimisión de Assad [y en ese entonces no se pedía la del Presidente yemení Saleh quien contaba con similar número de muertos en su haber]. Más tarde, tomaron las riendas de la Liga Árabe cataríes y saudíes y empezaron a apretar las tuercas (misión de observación que como empezó a dar resultados positivos la retiraron; boicot de productos sirios; suspensión de Siria de la Liga, etc.). Y los países del Golfo tienen su propia agenda: les interesa que el caos se extienda por países como Irak o Libia [pues así no tienen rival en términos de producción de petróleo]; les interesa que Siria esté en manos de sunitas [pues el actual régimen alauita-chiíta es aliado de su peor enemigo: el Irán chiíta]; y les interesa complicar los procesos de democratización del mundo árabe para que prevalezca la idea de que los árabes no están hechos para vivir en democracia y por ende poder ellos, monarquías autocráticas, seguir existiendo felizmente como islotes de autocracia en el mundo.

3. Tercero, la excesiva espera en actuar ha permitido el florecimiento de estrategias subversivas paralelas. Como Occidente era consciente –gracias a cierta sensatez impuesta por la crisis económica- de que no se podía hacer frente a varios escenarios al mismo tiempo, se optó por una estrategia secuencial, primero Libia y luego ya otros. En el ínterin, los actores internacionales más impacientes [nuevamente Francia, Turquía y el binomio Qatar-Arabia Saudí] han ido buscando estrategias alternativas, cada vez más violentas.

3.1. Al principio, Turquía y Francia buscaron imitar el  éxito que había tenido el Consejo Nacional de Transición libio (CNT) [un ente creado cosméticamente para presentar la unidad de los libios, una unidad que en realidad nunca existió como ha puesto de manifiesto el caos existente en ese país en la actualidad]; apoyaron al Consejo Nacional Sirio (CNS), liderado por un sirio-francés; y buscaron que la comunidad internacional los reconociese como únicos interlocutores legítimos, para poder iniciar así un proceso similar al libio. No lo han logrado porque hemos aprendido rápido del caos libio [el CNT no representaba a todos y el CNS tampoco lo hace] y porque el CNS deja fuera a casi todas las minorías del crisol sirio mucho más complejo y tupido que el libio.

3.2. El siguiente intento, auspiciado por Turquía, fue albergar en su territorio a los desertores del ejército sirio y organizar desde ahí la resistencia armada a través del Ejército Libre Sirio. Y en eso seguimos, de ahí la violencia actual, la guerra civil.

3.3. El tercer intento, auspiciado por el binomio Qatar-Arabia Saudí [los dos países ideológicamente más extremistas dentro del mundo sunita, cuya ideología wahabita es la que primero y con más fuerza justifica el yihadismo y el suicido para matar al enemigo] está siendo, desde hace ya varios meses, y deduzco yo que ante la impaciencia de que un Occidente desnortado no esté actuando con suficiente fuerza, la que prima, y se está apoyando financieramente a los yihadistas para que se infiltren en Siria y actúen. Tres terribles atentados suicidas el 24 de diciembre de 2011, el 6 de enero de 2012 y el 10 de febrero lo atestiguan. El propio director de Inteligencia Nacional de EEUU, James Clapper, alertó a mediados de febrero de que Al Qaeda se podría haber infiltrado en Siria. Y aunque no guste recordarlo, Al Qaeda es la heredera de los yihadistas que en los 70 y 80 marcharon a Afganistán a luchar contra los soviéticos, financiados por Arabia Saudí, Pakistán y EEUU. Luego se volvieron contra sus amos, pero ideológicamente siguen siendo wahabis. Entre los yihadistas que están entrando en Siria hay muchos libios, pues no conviene olvidar que una parte importante del CNT libio eran yihadistas, entre cuyos cabecillas está Belhaj, que habían luchado contra Occidente en Afganistán. Primero, nos matan soldados en Afganistán, y en paralelo los apoyamos para que derroquen a Gadafi… Es el mundo al revés. Así nos va.

Esta guerra civil puede cobrarse aún miles de vidas, aunque conviene ponerlo en perspectiva. Libia antes de la intervención se había cobrado unas 6000 vidas, ahora van por los 50.000 muertos [y siguen, pues las represalias y los ajusticiamientos no han terminado]. Así que una intervención internacional solo hará que lleguemos en Siria a los números de escarnio libios.

Llegados a este punto ¿se puede hacer algo? Sí. Pienso que dos cosas: (1) Primero, dejar de aceptar los dobles raseros; medir a todos por la misma vara; y exigir que todos avancen hacia la democratización de sus sociedades. Arabia Saudí reprime duramente a los chiítas en su territorio, pero no les pedimos democracia. Ser mujer en Siria, incluso ahora bajo las bombas, y ser mujer en Arabia Saudí son dos universos aparte. ¿Qué modelo querrán ellas que prevalezca en la región? estoy segura de que el primero. Pedirle a unos que cambien y otros que no, solo hace que fortalecer las rencillas milenarias que existen en esa región. (2) Segundo, darle una oportunidad a la mediación. En Libia se ninguneó desde la prepotencia. Aquí a día de hoy, Rusia tiene contactos con el régimen y con varios de los grupos de la oposición y podría mediar para llegar a una solución de transición negociada. Si se presiona al CNS para que dialogue con el régimen puede funcionar. O al menos se puede y se debe intentar. El problema es la arrogancia de algunos países que quieren fotos de sus triunfos rápidos, por ejemplo, ¿permitirá el orgullo francés pocos meses antes de sus elecciones presidenciales que se ponga suficiente presión sobre el CNS para que dialogue con el régimen a través de los rusos? Que las vidas de los sirios de a pie dependan de los intereses creados de las monarquías del Golfo y de algunos otros actores es triste, pero es la realidad que hemos creado: un mundo profundamente injusto, lleno de dobles raseros y plagado de manipulaciones de toda índole.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Redoble de tambores de guerra para con Irán, déjà vu de lo acontecido en Irak

Resumen ejecutivo: Los redobles de tambores para con Irán que estamos viendo desde el otoño de 2011 son un déjà vu de lo que ocurrió en Irak en 2003. Pienso que en ambos casos la causa última era y es el deseo israelí de detraer la atención internacional, evitando así tener que vincularse en negociaciones de paz serias con los palestinos. El reciente informe de la OIEA no presenta evidencias de que Irán tenga un programa nuclear militar. Otra cosa es la difusión manipulada e interesada que se está haciendo de los contenidos de ese informe. Pido que se exija a Israel que firme el Tratado de No Proliferación (TNP), como un primer paso para intentar poner las cosas en su sitio en la región, en lugar de apresurarnos ciegamente hacia la enésima guerra.

¿Se está repitiendo la historia reciente? ¿Estamos presenciando a finales de 2011 para con Irán un redoble de tambores similar al acaecido para con Irak en 2002? Estimo que sí, y que en ambos casos se repiten los actores, las causas aparentes, los móviles profundos y los dinámicas utilizadas.

En 2002 Irak llevaba ya un decenio sometido a zonas de exclusión aérea y sanciones, pero eso no había hecho disminuir el poder de Sadam Hussein. Era un vecino muy incómodo para las monarquías absolutas del Golfo Pérsico, desde la invasión de Kuwait en 1991; y había dejado de ser un peón útil para Occidente. Lo que yo no veía claro entonces era la inusitada prisa que Occidente empezó a mostrar en otoño de 2002 por intentar consolidar un cuerpo de acusación contra Irak relacionado con su posesión de armas de destrucción masiva (que luego, como es sabido, se demostró que habían sido acusaciones infundadas), para justificar la invasión ilegal que comenzó en marzo de 2003. Aunque hubo entonces y ha habido a posteriori multitud de reflexiones (siendo quizás las más notorias las contenidas en las memorias del antiguo Director de la Reserva Federal de EEUU, Alan Greenspan) que vínculaban la intervención militar aliada con el deseo de control sobre las reservas de petróleo de Irak, opino que el detonante de que fuera precisamente entonces y no un par de años antes o después, está vinculado a Israel.

Por un lado, Israel deseaba quitarse de en medio a un cuasi-vecino, Irak, que desde que había dejado de atacar a Irán había pérdido su valor específico y se había convertido en incómodo, amén de que apoyaba la causa palestina. Israel empezaba a impacientarse con unas medidas occidentales que no veía que dieran fruto y optó por terciar en la refriega: empezó a difundir sus sospechas de que Irak estaba vinculado con Al Qaeda –sospechas nunca probadas a posteriori-; que detrás del intento de voladura de un avión israelí que despegaba del aeropuerto de Mombasa a finales de noviembre de 2002 estaba Al Qaeda; y que había que actuar tanto contra ésta, como contra los régimenes que permitían su actuación y el tránsito de armas, apuntando hacia Irak. En Israel ya empezaron a sonar los redobles de tambores de guerra contra Irak en el otoño de 2002. Y en marzo de 2003 empezó la operación. Por otro, y para mí esta es la clave, Israel buscaba mediante una operación militar en el Golfo distraer la atención internacional, evitando así que la presión internacional le forzara a mover ficha seriamente en el proceso de paz, con una Segunda Intifada que iba en aumento.

Lo que está ocurriendo ahora para con Irán me parece un calco de lo anterior. Un déjà vu. Veamos las similitudes en actores, motivaciones y mecanismos.

En 2011 Irán lleva más de tres decenios sometido a sanciones, pero eso no ha hecho disminuir el poder del régimen teocrático. Es un vecino muy incómodo para algunas monarquías absolutas del Golfo Pérsico, sobre todo para Arabia Saudí; y había dejado de ser útil para Occidente e Israel desde el derrocamiento del Sha [por cierto, el sha era el hijo de un general que se había autoproclamado sha, o sea que sangre real ninguna, pese al envoltorio de glamour que se le quiso dar siempre en Occidente]. Se estima que las reservas de petróleo de Irán son las terceras mayores del mundo. Pero, ¿por qué hay redoble de tambores precisamente ahora y no hace dos años o dentro de dos?

Creo que la clave vuelve a ser nuevamente Israel. Por un lado, Israel se está impacientando con unas medidas occidentales para con Irán que no considera suficientemente expeditivas [los asesinatos selectivos que Israel practica en Dubai o Gaza dan resultados más inmediatos, aunque intencionadamente se obvia el matiz de que son ilegales]. Por otro, por primera vez en muchos años hay una presión internacional real para que se reanuden las conversaciones de paz en Oriente Medio marcadas por la Declaración del Cuarteto del 23 de septiembre de 2011, en cumplimiento de la cual ha habido ya desde entonces varias reuniones de las partes (israelíes y palestinos) por separado con el Cuarteto, y la primera fecha límite para presentación de propuestas concretas es el próximo 26 de enero de 2012.

Hans Blix fue el Jefe de la Comisión de Naciones Unidas para el Control, Verificación e Inspección (UNMOVIC, en sus siglas inglesas) en Iraq entre marzo de 2000 y junio de 2003. UNMOVIC buscó armas de destrucción masiva en el país; no encontró ninguna; e informó ampliamente sobre sus resultados. No obstante, la manipulación de información clasificada y los medios de comunicación convencieron a ciertos Gobiernos de la necesidad de ir a la guerra, y aunque a posteriori se haya probado que no hubo armas de destrucción masiva, y aunque la guerra haya causado unos 100.000 muertos, no importa. Nadie ha sido, ni será llevado ante la justicia por ello. Si entonces la receta “manipulación + spin” funcionó ¿por qué no iba a hacerlo ahora? Y creo que es a eso precisamente a lo que se está jugando ahora, a replicar para con Irán esta receta aplicada con éxito para con Irak y que tuvo tan magros costes colaterales para sus ideólogos [al tiempo que postergó la necesidad de una solución al conflicto de Oriente Medio].

El informe sobre Irán de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) presentado en noviembre de 2011, y en concreto su Anejo 1, no presentan evidencia alguna, ni concluyen que Irán tenga un programa nuclear militar. Lo que ha pasado tras la presentación del informe de la OIEA ha sido en mi opinión otra burda manipulación de la información para hacer creer que Irán poseerá realmente capacidad en breve para construir un arma nuclear; mover las maquinarias de guerra (que en épocas de crisis económica suelen frotarse las manos con las ganancias a la vista); y empezar una nueva guerra. La mayoría de esos muertos no serán de EEUU, ni israelíes, ni europeos. Serán musulmanes de la zona. E Israel ganará nuevamente tiempo para seguir construyendo asentamientos ilegales en territorio ocupado palestino que permitan hacer inviable la solución de dos Estados. Y, ya de paso, EEUU se verá abocado a una guerra en plena campaña electoral, lo que eliminará las posibilidades de reelección del Presidente Obama, el Presidente de EEUU más comprometido en serio con el proceso de paz desde la época del Presidente Carter. Y el hogar para el pueblo palestino volverá a ser una quimera por otra generación. ¿De verdad que vamos a seguir comprando estas películas? ¿Hasta cuándo? No podemos mirar hacia otro lado y dejar que un conflicto nuevo nos arrastre por enésima vez a la vorágine bélica, únicamente para evitar que Israel encare en profundidad y con seriedad su responsabilidad histórica, como potencia ocupante, de dar una solución al contencioso palestino-israelí.

El diálogo con Irán desde 2003 a esta fecha no ha sido un diálogo entre iguales, ha sido una búsqueda de imposición de la opinión occidental sobre la iraní. Seguir erre que erre por la vía de la imposición, del arrinconamiento, y de la manipulación (tanto de las dinámicas negociadoras como de la información ulterior) no llevará a solucionar el problema. Simplemente seguiremos usando las mismas tácticas de poder duro ad nauseam. ¿Por qué no cambiamos el chip de una vez? El entorno está cambiando. La tercera revolución árabe hará que esos pueblos puedan empezar a pensar por sí mismos. Rememos todos en la misma dirección, llamemos a las cosas por su nombre, y exijamos a todos los países de la zona que se atengan a los mismos parámetros, es decir, que todos (y todos son todos) cumplan el derecho internacional. Irán ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), igual que todos los países árabes de la zona. El único país que no lo ha hecho, pese a los reiterados llamamientos a ello tanto por parte de Irán como de los países árabes, es Israel. Dejemos de inventar historias para posponer el cumplimiento de obligaciones históricas. Pongamos una primera piedra en términos de justicia real en la zona exigiendo que Israel firme el TNP, pues Israel sí tiene armas nucleares en Dimona, que escapan a todo control. Que nadie, absolutamente nadie, esté por encima de la legislación internacional es la mejor manera de no crear agravios comparativos y de iniciar nuevas dinámicas en Oriente Medio y en el mundo.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Epílogo y prólogo

¿Qué ha significado 2011 para el mundo árabe?
Como epílogo a esta serie de textos sobre la tercera revolución árabe iniciada en 2011 (tras la primera de 1916 y la segunda de los años 50) se puede concluir que 2011 ha significado para el mundo árabe:
- El principio del fin (solo el principio todavía) de la excepción árabe según el cual el mundo árabe estaba regido por dictadores, pero los intereses creados forzaban a mirar hacia otro lado. Sólo un país, Túnez, ha logrado una transición pacífica casi exenta de interferencias externas. En el resto las interferencias de toda índole han sido la regla.
- El principio de una toma de posición por parte de los jóvenes árabes a favor de la democracia, del estado de derecho y de las libertades fundamentales, incluida la igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en países como Túnez y Egipto.
- La exposición a la luz de las incoherencias internas: (1) la existencia de monarquías absolutas, cuyos pueblos piden reformas y una evolución hacia modelos de monarquía parlamentaria, con manifestaciones populares que son reprimidas violentamente, y con Arabia Saudí como principal adalid del inmovilismo, pero como son monarquías se sigue mirando hacia otro lado; (2) la explosión renovada de la milenaria disyuntiva entre sunismo y chíismo, con Arabia Saudí a la cabeza de la histórica enemistad contra el chíismo iraní, espoleada desde el otoño de 2011 por toma de posiciones por parte de distintos actores internacionales (EEUU, RU, Canadá e Israel) hacia un mayor aislamiento, si cabe, de Irán; y (3) un Israel que sigue construyendo asentamientos ilegalmente en territorio ocupado palestino a todo gas, con total impunidad, y sin visos ni interés alguno en que las negociaciones de paz progresen.

¿Qué puede traer el futuro al mundo árabe?
El prólogo a lo que vendrá sigue dependiendo mucho de cómo se resuelva la disyuntiva inmovilismo vs democratización sujeta a su vez a imponderables humano-políticos regionales e internacionales y a poderosos intereses creados:
- el principal escollo en los años venideros es que se siga permitiendo y apoyando el que las monarquías árabes sigan siendo dictaduras que, por un lado, imposibilitan las reformas democráticas dentro de sus países y, por otro, canalizan fondos hacia las fuerzas más reaccionarias en los otros países árabes en ebullición.
- otro gran escollo es que se siga permitiendo que Israel actúe con total impunidad contra la legalidad internacional.
Escenarios posibles:
- el peor: se inicie un acción bélica contra Irán, dadas la coincidencia de intereses anti-iraníes entre Arabia Saudí (eliminar al enemigó chií) e Israel (eliminar al único actor regional con capacidad y voluntad de oponerse a los planes israelíes de colonizar todos los territorios palestionos ocupados hasta hacer inviable la solución de dos estados). Similar a la alianza entre Arabia Saudí-Pakistán y EEUU para quitar del poder a los Gobiernos pro-soviéticos en Afganistán en los 80 o la Coalición internacional para destituir a Sadam Hussein en 2003 en Irak [excusa entonces: armas de destrucción masiva que Irak nunca tuvo; excusa ahora: arma nuclear que Irán no tiene].
- el mejor: que Arabia Saudí entienda que no puede permanecer ad eternum un islote de dictadura férrea y se democratice internamente, y que tome conciencia del importante poder regional que puede desempeñar en positivo en el mundo árabe, similar al que desempeñó el Rey saudí Faisal en 1974 en apoyo a la causa palestina; y que Israel, forzado por un cambio de actitud regional, entienda que a largo plazo está en su beneficio firmar la paz con Palestina, y la firme.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Esta tercera revolución árabe durante 2011

A lo largo de 2011 los distintos países árabes han experimentado diferentes tipos de revolución. A continuación se muestra un resumen de lo acaecido hasta diciembre de 2011 en los distintos países.

TÚNEZ
•17 dic 10 Mohamed Bouazizi se autoinmoló tras haber sido humillado por policías [y murió 4 ene 11]
• Inicio de manifestaciones y de su progresivo incremento y represión
• 14 ene el dictador Zine El Abidine Ben Ali huyó a Arabia Saudi
[NNUU estima que hubo unos 300 muertos desde el 17 dic hasta 14 ene]
• 15 ene Fouad Mebazaa es designado Presidente y Mohammed Ghannouchi Primer Ministro (PM)
•27 feb formación de un segundo gobierno dirigido por Ghannouchi
• 9 mar formación de un gobierno dirigido por Beji Essebsi y disolución del RDC (partido de Ben Ali).
• 15 mar formación de la Alta Instancia presidida por Yahd Ben Achour para asesorar el proceso político [disuelta el 13 Oct]
• 8 jun aplazamiento de las elecciones previstas para el 24 jul
• 23 oct elecciones a la Asamblea Constituyente. Transcurren en paz. Partido islamista Ennahda obtiene 89 escaños de los 217 en liza.
• 22 nov nombramiento de Mustafa Ben Jafar del partido Ettakanol como Presidente de la Asamblea
•23 nov nombramiento de Moncef Marzouki del CPR como Presidente de Tunez  y de Hamadi Jebali de Ennahda como PM de un gobierno transitorio
TAREAS FUTURAS: elaboración de una constitución en aproximadamente un año
MODELO: revolución liderada por el pueblo

EGIPTO
• 6 jun 10 Khaled Saeed fue apaleado hasta la muerte por la policía
• 25 ene 11 inicio de las manifestaciones en la Plaza de Tahrir
• 31 ene nombramiento de Ahmed Shafik como PM
• 2 feb intensa violencia
• 11 feb el dictador Hosni Mubarak dimite y abandona El Cairo
[Se estima que hubo 840 muertos entre el 25 ene y el 11 feb]
•13 feb el Consjeo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) disuelve el parlamento y abole la Constitución de 1971. El jefe del CSFA, el general Mohamed Tantawi, es designado Jefe del Estado con carácter interino
• 3 mar nombramiento de Essam Sharaf como PM
• 19 mar referéndum constitucional: 77% a favor del cambio
•27 may las mayores manifestaciones desde feb pidiendo aceleración del proceso y no juicios militares a civiles
• 3 ago comienza el juicio a Mubarak
• 9 oct violencia intensa contra los cristianos coptos por parte de las fuerzas del orden [25 muertos]
• 19-23 nov intensa violencia tras el anuncio por el CSFA de que retendría poderes indefinidamente sobre esfera militar [se estima hubo 41 muertos]
• 24 nov designación de Kamal Ganzouri como PM
• 28 nov inicio de elecciones parlamentarias. Transcurren en paz.
TAREAS FUTURAS: elecciones presidenciales antes del verano 2012
MODELO: revolución liderada por el pueblo y pilotada por los militares

LIBIA
• 17 feb 11 inicio de manifestaciones en Bengasi y en Baida. Comenzaron enfrentamientos
• 26 feb resolución del CSNU 1970 llama a poner fin a la violencia
• 27 feb establecimiento de un Consejo Nacional Transitorio (CNT) en Bengasi
• 3 mar CNT se autodesigna único representante del pueblo libio y Mustafa Adbul Jalil designado Presidente CNT
• 12 mar la Liga Árabe solicita una zona de exclusión aérea sobre Libia
[se estima que desde el principio de las manifestaciones hasta entonces había habido entre mil y dos mil muertos]
• 17 mar resolución del CSNU 1973 autoriza establecimiento de una zona de exclusión aérea
• 19 mar una coalición mulitnacional inicia la intervención militar
• 23 mar Mahmoud Jibril es designado Jefe del Comité Ejecutivo del CNT
• 31 mar la OTAN asume el control de la zona de prohibición de vuelos
• 1jul France admite haber estado proporcionando armas al CNT tras ser revelado por el periódico Le Figaro
• 29 ago AbdalHakim Belhaj, un alto comandante de Al-Qaeda, toma control de Trípoli
• 20 oct  Muammar Gadafi es asesinado por las fuerzas del CNT
[muertos estimados entre 30 y 50 mil]
• 23 oct  Jibril dimite
• 31 oct  OTAN pone fin a operaciones
• 31 oct  CNT desgina a Abdurrahim El-Keib como nuevo PM interino
• 19 nov Saif Gadafi es capturado
• 22 nov se forma nuevo gobierno
TAREAS FUTURAS: elecciones en 8 meses para Asamblea Constituyente
MODELO: guerra civil con intervención militar foránea  

YEMEN:
• 27 ene 11 inicio de  manifestaciones en Sanaa
• 3 feb Tawakel Karman convoca manifestaciones por el Día de la Ira
• 5 abr CCG comienza esfuerzos de mediación con apoyo del Asesor Especial de NNUU, Jamal Benomar
• 22 may el Presidente Ali Abdullah Saleh se niega a firmar  por tercera vez en un mes el acuerdo mediado por el CCG
• 23 may la federación tribal Hashid liderada por al-Ahmar empieza a apoyar a la oposición. Fue seguido de fuertes enfrentamientos callejeros
• 28 may establecimiento de tregua
• 29 may militares inician operaciones para aplastar manifestantes en Ta’izz
• 3 jun Saleh herido en un ataque al complejo presidencial, y llevado a Arabia Saudí para tratamiento médico
• 19 sep tropas gubernamentales abren fuego sobre manifestantes
• 23 sep Saleh regresa a Yemen
• 21 oct  resolución del CSNU 2014
• Mediador Benomar regresa a Yemen para seguir mediando
• 23 nov Saleh firma en Riad el plan del CCG para transición política a cambio de inmunidad  legal
• 23 nov Abd RAbbuh al-Hadi pasa a ser Presidente en funciones
[se estima ha habido 2800 muertos]
TAREAS FUTURAS: elecciones el 21 feb 2012 con al-Hadi como candidato de consenso para oposición y régimen
MODELO: revolcuión liderada por el pueblo con mediación CCG + NNUU

SIRIA:
• 26 ene 11 inicio de manifestaciones en Siria
• 25 mar se intensifican las protestas, especialmente en Deraa, con una manifestación de cien mil personas y 20 muertos
• 31 mar Presidente Bashar al Assad anuncia reformas y la liberación de  200 prisioneros políticos
• Continúan las manifestaciones y su represión violenta
• 20 jun Presidente Assad da un discurso sobre el diálogo nacional
• 23 ago se forma en Antalia, Turquía, el Consejo Nacional Sirio (CNS), compuesto mayoritariamente por islamistas
• 2 oct Burhan Ghalioun, laico, es nombrado Presidente del CNS
• 2 nov iniciativa de la Liga Árabe
• 12 nov el Consejo de la Liga Árabe suspende la membresía de Siria y amenaza con sanciones
• 27 nov Liga Árabe [sin apoyo de Irak y Líbano] aprueba congelación de activos y embargo comercial
• 28 nov una Comisión de Investigación de NNUU calcula los muertos en más de cuatro mil
• 2 dic Consejo de DDHH de NNUU emite resolución de condena a Siria
TAREAS FUTURAS: mediación urgente para lograr aplicar la iniciativa de la Liga Árabe
MODELO: revolución liderada por el pueblo, que está degenerando en guerra civil; y que puede presentar aún mayores incertidumbres en caso de que tenga lugar una intervención militar foránea

Las tres revoluciones árabes

A pesar del término que ha acuñado la prensa para llamar a lo que está aconteciendo en el mundo árabe desde finales de 2010, la “primavera árabe”, esta revolución no es un hecho aislado históricamente, ni es la primera, sino que es la tercera etapa revolucionaria que ha vivido el mundo árabe, tras la primera y breve revolución árabe en 1916-1918; la segunda revolución panárabe de 1954 a 1970, que fue ahogada por golpes reaccionarios; y esta tercera que arrancó el 17 de diciembre de 2010, cuando un joven tunecino en paro, Mohamed al Bouazizi, se autoinmoló en Túnez.

1. La primera revolución árabe: 1916-1918

La primera revolución árabe fue iniciada por el última persona en ostentar el cargo de “Sharif al-Mecca” (o “Noble de la Meca”, institución que custodiaba el lugar sagrado del Islam, la Meca, desde el siglo X d.C.), Husein bin Ali, en 1916, en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial (1ª GM), y con el objetivo de garantizar la independencia de las tierras árabes (desde la actual Siria hasta Yemen) del control de un imperio otomano en proceso de resquebrajamiento, contando con teóricas garantías ofrecidas por Reino Unido de apoyo a la independencia árabe (la correspondencia entre Husein y McMahon[1], a la sazón Alto Comisionado británico en Cairo, así lo indicaba).

Los sublevados fueron luchando contra los otomanos a lo largo de 1916 y 1917 en la península arábiga en la zona costera a lo largo del Mar Rojo, hasta tomar el puerto de Aqaba en julio de 1917. En 1918 sabotearon en varias ocasiones con éxito las líneas de ferrocarriles otomanas hacia Medina. Finalmente, en septiembre de ese año llegaban a las puertas de Damasco a liberarla. T. E. Lawrence (Lawrence de Arabia), quien desde 1914 trabajaba para el Gobierno británico como oficial de inteligencia en Cairo, ayudó a coordinar desde 1916 el abastecimiento británico de armas a los sublevados.

No obstante, en contra del éxito de esta primera revolución árabe jugaron los intereses creados de Francia y Reino Unido materializados en el Acuerdo secreto Sykes-Picot de 1916[2], por el que ambos países se repartían esferas de influencia en el escenario post-otománico en Oriente Medio, con la aquiescencia de la Rusia Imperial. Una vez concluida la 1ª GM  primó la “Real Politik” franco-británica y el prometido gran estado árabe independiente nunca llegó a crearse.

2. La segunda revolución árabe: la panárabe: 1954-1970

A mediados del siglo XX el mundo árabe experimentó una ola de revoluciones anti-colonialistas, que hicieron que Francia y Reino Unido, quines aún entonces seguían ocupando los países árabes bien directamente o bien a través de monarcas bajo su influencia, tuvieran que abandonar esos países.

Así, Marruecos se independizó de Francia y España en 1956; Argelia de Francia en 1962; Túnez de Francia en 1956; en Libia Muamar el Gadafi derrocó en 1969 la monarquía del rey Idris I que habían establecido los británicos; en Egipto Gamal Abdel Nasser derrocó en 1952 la monarquía del rey Faruk I que habían establecido los británicos; Siria y Líbano se independizaron de Francia en 1946; en Irak el general Abdel Karim Kassem derrocó en 1958 la monarquía que habían establecido los británicos con Faysal I; en Irán el general Mohammed Mussadaq derrocó en 1951 al Sha Reza Pahlavi [y Reza Pahlavi por su parte era hijo de otro general que en 1921 había depuesto al Sha Ahmed y que en 1925 se había auto-proclamado Sha de Persia];  en Yemen del Norte la monarquía fue derrocada en 1962; y Yemen del Sur tuvo un Gobierno comunista entre 1967 y 1990, y en los 60 se unió al panarabismo de Gamal Abdel Nasser.

En esta etapa de efervescencia panarabista y libertadora para con el yugo colonial que fueron los años 50 y 60 en el mundo árabe y persa, liderados por el Egipto de Gamal Abdel Nasser, se produjeron hitos de autoafirmación como la nacionalización del canal de Suez o el alineamiento, dentro de las dinámicas de la Guerra Fría, con la URSS.

Aunque casi todos los dirigentes árabes de esa época eran militares [conviene recordar que los Ejércitos eran de las pocas instituciones que permitían en ese entonces movilidad social en el mundo árabe], los modelos políticos liberales que establecieron permitieron, por primera y única vez en la historia de casi todos esos países, que sus poblaciones disfrutaran de amplias libertades públicas, asimilables al concepto de democracia occidental, incluida una amplia emancipación de las mujeres.

3. Los golpes reaccionarios que pusieron fin a la segunda revolución árabe: la pinza saudeowahabi-askenzisionista

Esa segunda revolución árabe se vio definitivamente malograda a partir de 1970 con la muerte de Gamal Abdel Nasser, quien hasta entonces había sido el gran valedor del panarabismo árabe. En el mundo árabe se ha escrito mucho sobre que Nasser fue envenenado por los servicios secretos israelíes mediante un veneno en su aceite de masaje [igual que se afirma con rotundidad en el mundo árabe que Yasser Arafat corrió la misma suerte a manos de los mismos servicios]. Si Nasser murió de un paro cardíaco a sus 52 años como afirma la historia oficial, o fue asesinado, no es relevante aquí. El hecho relevante es que su desaparición de la escena política supuso que el panarabismo se quedara sin su más vehemente valedor y, por ende, fue el principio del fin del panarabismo.

Aunque ya para entonces cada país había ido tomando su propio camino, a partir de la década de los 70 en todo el mundo árabe y persa el espíritu panarabista y libertador fue siendo abatido por golpes reaccionarios, liderados también casi todos por militares o clérigos, ideológicamente conservadores, que fueron limitando el espacio político y vital de las poblaciones; homogeneizando los regímenes; y asimilándolos en gran medida a dictaduras carentes de los derechos, libertades y garantías mínimos de un estado de derecho, dictaduras muy similares en muchos aspectos a la monarquía absolutista saudí.

En Marruecos los grandes fraudes electorales de 1963 bajo Hassan II y el subsiguiente asesinato de Mehdi Ben Barka en Paris en 1965, fueron seguidos de intentos de atentado contra el monarca alauita en 1971, y ese descontento solo pudo ser aplacado aunando las voluntades contra un enemigo común, génesis de la Marcha Verde sobre el Sahara Occidental de 1975.

En Argelia, Huari Bumedián dio un golpe de estado militar en 1965 mediante el que derrocó a Ahmed Ben Bella, partidario de la supremacía del poder civil.

En Túnez, el Presidente Habib Bourguiba empezó a partir de 1970 a reorientar sus políticas y dotarlas de claro signo conservador, aunque manteniendo la moderación ideológica y el estatuto avanzado de la mujer que siempre fue característico de Túnez en el mundo árabe. Zine el Abidine Ben Ali depuso a Habib Burguiba en 1987 y se perpetuó en el poder a partir de entonces y hasta enero de 2011.

En Egipto, Mohamed Anuar el Sadat, que sucedió a Gamal Adbel Nasser en 1970, abandonó el panarabismo y firmó los acuerdos de Camp David con Israel en 1979. Y su sucesor en 1981, Hosni Mubarak, siguió la misma línea en política exterior, reforzando la faceta dictatorial a nivel interno hasta su derrocamiento en 2011.

En Siria, un militar alauita Hafed al-Asad dio un golpe de estado en 1970 y estableció una dictadura en la que fue sustituido, a su muerte en 2000, por su hijo Bashar al-Asad. Y aunque todos los alauitas también son chiítas, seguidores de Ibn Naser, no conviene olvidar el carácter militar y dictatorial del estado sirio.

Líbano, que a principios de los 70 era conocido como la “Suiza de Oriente” por su próspera situación económica, que de continuar así podría haber hecho sombra a Israel, y donde intentaban e intentan convivir todas las ramas religiosas de las principales religiones de Oriente Medio, vivió una terrible guerra civil de 1975 a 1991.

En Irán, el 11 de febrero de 1979, Ruhollah Jomeini [representante del chiísmo más extremista y el más acérrimo opositor ideológico, por antitético –los extremos se tocan-, al wahabismo] se consagró como Líder Supremo e instauró la ley islámica o “sharia”.

En Irak, a los pocos meses del cambio de signo en Irán, en concreto en julio de ese mismo 1979, saudíes y sionistas entre bastidores apoyaron la designación de Saddam Hussein como Presidente con el objetivo de frenar al díscolo vecino iraní [de ahí que a Saddam Hussein se le permitiera y apoyara que atacara Irán en los 80, pero se le frenara cuando atacó Kuwait en 1991, aliado ideológicamente a Arabia Saudí].

Yemen del Norte y del Sur se unificaron en 1990, y desde entonces su Presidente fue Ali Abdullah Saleh, militar, quien había sido Presidente del Norte desde 1978.

A diferencia de la primera revolución árabe que fue abortada por la Real Politik de franceses y británicos, la segunda revolución árabe fue, en mi opinión, abortada principalmente por fuerzas regionales, un wahabismo saudí poco interesado en que el panarabismo árabe pudiera entrar en colisión con sus tribales intereses mercantilistas, y apoyado en la sombra por el sionismo askenzi.  Entre ambas fuerzas hicieron una pinza, entendida como unión de dos fuentes de presión o lastres independientes (el lastre wahabi saudí y el lastre sionista askenazí, de los que ya he hablado en extenso en artículos previos) que se unían para asegurar el triunfo reaccionario en la zona.

Conviene tener en mente que el Norte de África al oeste de Túnez fue siguiendo cada vez más una vía particular, como lo hacían Turquía, o las monarquías del Golfo, o el binomio Pakistán-Afganistán, y que serán actores importantes de cara a las dinámicas actuales del siglo XXI.
4. Los movimientos yihadistas

Afianzados, pues, a partir de la década de los 70 los gobiernos reaccionarios conservadores que siguieron a los movimientos panarabistas liberales y libertadores de mediados de siglo, empezaron en la década de los 80 y los 90 a ganar preeminencia dos nuevos fenómenos en el mundo árabe: el yihadismo y el islamismo.

Cronológicamente el primero de los dos fenómenos fue el yihadismo. Hay algunos autores que prefieren usar el término salafismo, en lugar de yihadismo, pero el término salafismo se refiere específicamente a un grupo de los padres del Islam que vinieron con posterioridad al Profeta y la visión purista que tenían del Islam. Es, por ende, un término con fuertes connotaciones religiosas y que vulnera susceptibilidades cuando es usado en un contexto de análisis bélico-político, mientras que “yihad” es un término que sí significa guerra motivada por ideales religiosos, y por ende parecería más apropiado para calificar el fenómeno surgido en Afganistán a finales de los 70.

Detrás del fenómeno del yihadismo estuvo en sus orígenes también Arabia Saudí, en concreto un saudí adinerado Osama bin Laden. Para contextualizar este fenómeno, debemos retrotraernos a 1978. En abril de 1978 Nur Mohamed Taraki alcanzó el poder en Afganistán y trajo por primera vez educación pública gratuita que incluía a las mujeres, reforma agraria, separación de Estado y religión, establecimiento de un salario mínimo, prohibición del comercio de opio y legalización de los sindicatos. EEUU y Pakistán apoyaron el derrocamiento de Taraki; y la URSS, que había firmado un Tratado de Amistad con Taraki, envió sus tropas a Afganistán en diciembre de 1979. EEUU empezó a apoyar a los grupos rebeldes, a través de wahabistas como Osama bin Laden, que fueron canalizando combatientes yihadistas desde todo el mundo árabe hacia Afganistán. Estas fuerzas lucharon junto a los rebeldes (autodenominados “talibanes” que significa “alumnos” religiosos) hasta la retirada de la URSS de Afganistán en 1989. A partir de ese momento los talibanes establecieron en Afganistán un régimen teocrático y absolutista, similar al existente en Arabia Saudí.

No obstante, terminada la guerra en Afganistán quedaron “liberados” miles de combatientes ideológicamente extremistas que quisieron extender su ideología por el resto del mundo musulmán. Así, en Libia los yihadistas libios retornados formaron el “Lybian Islamic Fighting Group” a principios de los 90, que se enfrentaron a Muamar Gadafi durante años, hasta que éste logró vencerles, y expulsarlos de Libia hacia Egipto. En Somalia, el derrocamiento de Said Barre en 1991 fue el origen de la infiltración de yihadistas retornados que se aprovecharon del desgobierno del país y fueron creando alianzas de conveniencia con los señores de la guerra locales, en un conflicto que lleva abierto veinte años y no tiene visos claros de resolución, habiéndose convertido el Océano Índico en pasto de piratas crecidos al albur del desgobierno y la guerra contra los yihadistas de al-Shabaab (“al-shabaab” quiere decir “los jóvenes”).

Mientras lo que ocurría no afectaba a Occidente, se apoyó y permitió el yihadismo. Lo que Occidente no intuía aún es que los yihadistas tenían un plan a largo plazo, que era la destrucción de Occidente, pues los yihadistas percibían que la democracia occidental era contraria a su interpretación ultraortodoxa del Islam. Fue a raíz de los atentados contra las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania en 1998 y sobre todo de los ataques contra las Torres Gemelas en EEUU el 11 de septiembre de 2001, que EEUU abrió los ojos; y el 7 de octubre de 2001 EEUU comenzó la guerra contra los talibanes –y los yihadistas que aún quedaban ahí- en Afganistán, guerra en la que seguimos empantanados. Los yihadistas seguían fuertes y asestaron otro golpe mortal en Madrid en marzo de 2004 y otro en Londres en julio de 2006, al que siguieron otros de menor escala. En la época global del mercadeo la marca que asumieron los yihadistas fue “Al Qaeda”, que significa “la base” (de entrenamiento militar).

Estimo que ya antes de que se quitaran la careta en 1998, los yihadistas habían actuado contra intereses occidentales en el mundo árabe, pero le colgaban el sambenito a otros. Así, elementos fanatizados y descontrolados del yihadismo estuvieron, en mi opinión, detrás del asesinato de Anuar el Sadat en Egipto en 1981 y detrás de los atentados contra intereses turísticos y hoteleros en el verano de 1994 también en Egipto, sobre todo en Cairo [y antes del posterior y casualmente coincidente desarrollo turístico de Sharm Al Sheik, más cercano geográficamente a Arabia Saudí e Israel].

5. El movimiento islamista

Ambos atentados terroristas en Egipto, el de 1981 y el de 1994, se calificaron rápidamente, en mi opinión de manera harto interesada por mantener el statu quo y harto simplista, de islamistas, cuando, en mi opinión, fueron también acciones yihadistas que buscaban crear al enemigo en casa, para mediante políticas de terror amedrentar tanto a las poblaciones locales en los países árabes y musulmanes, como a Occidente.

Cuando se calificaban esos atentados de islamistas se quería dar a entender que detrás de ellos estaban los Hermanos Musulmanes egipcios. Los Hermanos Musulmanes son islamistas sunitas seguidores de una doctrina pacifista (y por ello repetidamente denostados y criticados por Osama bin Laden) que fue elaborada por Hassan al-Banna en 1928; y que fue el único espacio ideológico-político que le quedó a los islamistas sunitas tras la expulsión de sus nobles de la Meca por los saudíes en 1924.

Los Hermanos Musulmanes de Egipto han llevado y llevan a cabo, ante todo, labores sociales. El movimiento islamista representaría el ideario liberal moderado en términos políticos y la justicia social en asuntos económicos.

El efecto disuasorio del calificativo islamista fue aprovechado por muchos dirigentes árabes y no árabes poco interesados en democratizar sus países o dejar que se democratizaran sus vecinos, enfundando ya de paso el mundo árabe en una segunda y nueva ola de represión.

6. La segunda ola de golpes reaccionarios sobre la base del fantasma islamista

Dictadores como Hosni Mubarak en Egipto o Zine el Abidine Ben Ali en Túnez utilizaron con frecuencia el fantasma islamista para seguir obteniendo recursos de Occidente que apuntalaran sus dictaduras. Zine el Abidine Ben Ali mantuvo, por ejemplo, al actual Secretario General del partido islamista moderado tunecino An-Nahda, Hamad Jebali, dieciséis años en prisión.

Una estrategia similar siguieron los militares argelinos. Así, cuando en 1989 se permitió el multipartidismo en Argelia, y el partido islamista moderado Frente Islámico de Salvación (FIS) ganó democráticamente las elecciones de 1991, una Junta Militar dio un nuevo golpe de estado; suprimió el FIS; e inició una sangrienta guerra en Argelia que se extendió hasta 2002 y se cobró unas 100.000 vidas.

Y una estrategia similar siguieron Arabia Saudí e Israel en Palestina, aunque ya en 2006. En enero de ese año, otro partido islamista Hamas ganó democráticamente también las elecciones parlamentarias palestinas. En ese momento, ni Occidente, ni Fatah, ni sobre todo y por encima del resto Arabia Saudí e Israel dejaron espacio político para que Hamas articulara un gobierno y gobernara Palestina.

En los años 80 y 90 hubo, pues, un doble juego y un doble rasero que consistía en apoyar a los yihadistas y denostar a los islamistas moderados. Ese juego sin fundamento real ha pasado seria factura a Occidente durante la primera década de este siglo XXI.

7. La tercera revolución árabe: 17 de diciembre de 2010 en Túnez

Esta tercera revolución árabe arrancó el 17 de diciembre de 2010, cuando un joven tunecino en paro, Tarek al.Tayib Mohamed Bouazizi[3], se prendió fuego a lo bonzo en la turística ciudad de Sidi Bousaid en Túnez frente a la oficina municipal en protesta por el trato vejatorio al que la policía tunecina le acababa de someter, confiscándole el puesto que empleaba para la venta ambulante de frutas y verduras.

Ese día marcó el inicio de las protestas en las calles tunecinas pidiendo el fin de la dictadura. La muerte de Tarek al Tayib Mohamed Bouazizi, derivada de las quemaduras resultantes, tuvo lugar en un hospital tunecino el 4 de enero de 2011, y supuso la intensificación de las protestas y manifestaciones pacíficas, que culminaron el 14 de enero de 2011, cuando el pueblo tunecino logró forzar al exilio a su dictador  Zine el Abidine Ben Ali. Quién estaba detrás de ese dictador está a todas luces claro, sobre todo desde el momento en que ese país le concedió asilo por tiempo indefinido: Arabia Saudí.

El  25 de enero de 2011 comenzó el pueblo egipcio a intentar emular la gesta de su hermano tunecino y empezaron las manifestaciones pacíficas en la Plaza de la Liberación, “Maydan al-Tahrir” de El Cairo. Pese a los intentos del Presidente Hosni Mubarak de ennegrecer la buena prensa internacional de los pacíficos manifestantes permitiendo que elementos violentos de su régimen atacaran a los manifestantes el 2 de febrero, lo que causó más de cien muertos, no logró su objetivo y tuvo que dejar el poder el 11 de febrero de 2011. En mi opinión, también Arabia Saudí estaba detrás del poder dictatorial de Hosni Mubarak en El Cairo.

El ejemplo tunecino-egipcio ha prendido llama en países como Yemen y Bahrein desde febrero, Siria y Omán desde marzo, o Jordania y Marruecos más recientemente. La característica general ha sido la represión de las manifestaciones pacíficas, con especial virulencia [y de ahí las reiteradas denuncias por parte de Amnistía Internacional (AI)] en Bahrein, Yemen y Siria.



8. Las fuerzas reaccionarias que están en contra de que prospere esta tercera revolución árabe

Más allá del wahabismo saudí y del sionismo askenazí que, en mi opinión, siguen siendo contrarios a cualquier revolución democrática en el mundo árabe, hay otra serie de fuerzas regionales que están actuando en contra de esos movimientos populares que reclaman la democratización de sus propios países.

8.1. El lastre catari-wahabi, el lastre bahreiní-sunni y el lastre omaní-ibadí: la pervivencia de las monarquías absolutistas

Algo fundamental que tienen en común Arabia Saudí y Catar es la religión wahabita de sus dos familias reinantes.

A mediados de los 90 la monarquía catarí creó la cadena televisiva Al-Jazeera, con la que se ha convertido, en la época de la globalización, en un actor regional con voz propia. Al Jazeera ha contribuido a la apertura informativa en el mundo árabe con debates de opinión y posiciones críticas sobre los regímenes en el poder. La línea roja siempre ha sido que aquello sobre lo que se informara no entrara en colisión con los intereses cataríes. Esta línea roja es fácilmente comprobable viendo las noticias de Al-Jazeera, tanto en su emisión en árabe, como en inglés. Así, por ejemplo en estos días de revueltas en el mundo árabe no informará de las revueltas en Omán y muy limitadamente en Bahrein, mientras que incidirá en lo que acaece en Yemen o Siria.

Y, en mi opinión, la línea roja la marca el interés que tienen los cataríes (y que les une firmemente a los saudíes) en mantener los privilegios elitistas de las monarquías reinantes, y que es lo que está detrás del apoyo denodado a otros dos regímenes monárquicos absolutistas y dictatoriales: la familia reinante de Bahrein, sunnita, no wahabi; y la familia reinante de Omán, íbadí (ni sunita, ni chiíta).

Aunque el wahabismo catarí ha desempeñado un papel aparentemente muy distinto al del saudí, y Al-Jazeera era a menudo crítica con los saudíes (obviamente antes del inicio de esta tercera revolución árabe), lo que está pasando ahora podría llegar a afectar a los propios sistemas dictatoriales del Golfo y de ahí el liderazgo catarí para llevar la atención internacional lejos de la zona. Así, mientras las tropas saudíes entraban en Bahrein a mediados de marzo para ayudar a la monarquía local a reprimir violentamente las manifestaciones pacíficas que pedían reformas político-sociales, Catar se erigió en adalid de la posición árabe contraria a Libia, favorable a una zona de exclusión aérea, y a su bombardeo. Y durante semanas solo se informaba de lo que acaecía en Misrata y se silenciaban así las atrocidades en Manamá, capital de Bahrein. Igual se podría decir de Omán, donde las manifestaciones se suceden a diario, sin que se informe de ellas en Occidente.

Ese espíritu de camaradería monárquica está guiado por el deseo de que las prebendas de sus regímenes despóticos, de sus monarquías absolutistas, sobrevivan. La invitación hace escasas semanas del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) a Marruecos y Jordania (las únicas dos monarquías árabes no parte del CCG) para que se les unieran, va en esta línea.

8.2. El lastre militarista sirio-alauita, el lastre militarista libio y el lastre militarista yemení: la pervivencia de los militares que inauguran líneas sucesorias

El ejemplo regional que sentara en su día el Reza Phalavi, militar que había derrocado al Sha de Persia; se había auto-proclamado sha; y había institucionalizado la línea sucesoria entre sus hijos, ha sido un ejemplo goloso para otros líderes árabes. Hafed al-Assad lo hizo en Siria; y Hosni Mubarak, Muamar el Gadafi y Ali Abdullah Saleh tenían intención de hacer lo propio en Egipto, Libia y Yemen respectivamente.

El régimen sirio mantiene en vigor de manera ininterrumpida la Ley de Emergencia desde 1963. El régimen se apoya en un partido único (el partido baatz) y en el control absoluto por parte de los alauitas (una minoría chiíta que son solo el 7% de la población siria) de todos los resortes de poder político y militar.

El régimen libio era el único superviviente de la segunda revolución árabe, y su líder, Muamar el Gadafi, siempre fue un invitado incómodo entre sus colegas árabes, pues denunciaba, sin el menor viso de corrección política, los dobles estándares que los países árabes se aplicaban entre sí. A su vez era, como casi todos los demás, un régimen dictatorial militarista, y sus dos hijos firmes candidatos en la línea sucesoria.

El régimen yemení ha evolucionado hacia una autocracia, donde  Ali Abdullah Saleh tenía intención de institucionalizar la sucesión en el cargo en su hijo Ahmed Saleh.

A finales de noviembre de 2011, el régimen sirio-alauita simplemente lucha por su supervivencia, sin que tenga capacidad de ejercer su influencia disuasoria de la democracia y la libertad más allá de sus fronteras.  Por su parte, el Presidente yemení lleva buscando garantizar su inmunidad varios meses, forzando acelerados procesos de mediación por parte del CCG. Es difícil calcular los muertos hasta la fecha tanto en Siria como en Yemen, pero en ambos se calculan en más de tres mil.

No obstante, el que Libia sea el único país en que la OTAN haya decidido intervenir ha hecho que el escenario sea aún más complejo que en un Yemen o una Siria, también bañados de sangre, pero patio trasero saudí el primero y turco el segundo, y por ende, no intervenibles. En esencia, lo que se ha vivido en Libia hasta octubre de 2011 ha sido una guerra civil entre una parte de la población libia que luchaba contra la dictadura de Gadafi con el apoyo de la OTAN y yihadista; y otra parte de la población libia que interpretaba ese apoyo como neo-colonialismo y aunque no estuvieran conformes con la corrupción del régimen preferían apoyarlo, antes que apoyar lo que percibían como neo-colonialismo petrolero.

8.3. El militarismo del Norte de África: el lastre argelino militarista  y el lastre marroquí-alauita

Argelia sigue controlada por los militares que no reconocieron la victoria del FIS en las elecciones de 1991, y sigue siendo un régimen no democrático.

Marruecos ha seguido siendo casi impermeable a las reformas democráticas hasta que la tercera revolución árabe ha puesto presión sobre la monarquía aluita gobernante para que democratizara el país.

La pésima relación existente entre Argelia y Marruecos se ve espoleada por la situación sin resolver en el Sahara Occidental; y la creciente violencia terrorista en el Sahel.

8.4. El lastre iraquí y el lastre iraní

Desde la intervención contraria al derecho internacional liderada por EEUU en Irak en 2003 para eliminar a Sadam Hussein, un antiguo colaborador tornado incómodo [similar a lo acaecido el 1 de mayo de 2011 en relación con Osama bin Laden], Irak es un constante goteo de vidas humanas. Las cifras varían enormemente dependiendo de las fuentes. Hasta abril de 2009 Associated Press calculaba la cifra de muertos en 110.000, y aunque no se han encontrado cifras agregadas desde entonces (pese a que sigue habiendo muertos casi a diario y en atentados a gran escala), no sería exagerado afirmar que la guerra de Irak ha implicado unos 130.000 muertos y unos dos millones de refugiados, en un país que sigue siendo presa de los enfrentamientos sectarios. La dictadura teocrática chiíta iraní se beneficia también de la inestabilidad iraquí, igual que se benefician los saudíes, pues evitan la competencia petrolera irakí. Mientras Irán no se democratice, Irak no se pacificará. Y también debe abordarse la cuestión kurda.

8.5. El papel de Turquía: puede más su ideario conservador y el statu quo

Turquía está gobernada desde 2002 por el AKP (el Partido de la Justicia y el Desarrollo), partido que había sido creado en 2001 tras la declaración como inconstitucionales de dos partidos islamistas previos. De ahí que el AKP haya insistido desde el principio en su ideología conservadora (centro-derecha), que “no se fundamenta en base religiosa alguna”, según declaró tras su creación su entonces y su aún líder Recep Tayyip Erdogan. A pesar de esa insistencia teórica, habitualmente se considera al AKP un partido islamista, vinculado en su origen ideológicamente a los Hermanos Musulmanes.

No obstante, si Turquía el año pasado se posicionó claramente a favor de la causa palestina y el final del bloqueo de Gaza, auspiciando la flotilla de junio de 2010, lo que implicó un abrupto distanciamiento de su aliado tradicional, Israel; y los esfuerzos conjuntos con Brasil para mediar en el expediente iraní, iban conformando un rol diferenciado y diferencial de Turquía en la región; el papel de Turquía en la actual coyuntura, desde enero de 2011, ha sido distinto. El AKP no deja de ser un partido conservador y está actuando como tal, en línea con la preservación de sus intereses elitistas y de la preservación del statu quo de fuerzas reaccionarias en la región. Eso explica el apoyo a la decisión primero saudí y de la OCI el 8 de marzo (y luego refrendada por la Liga Árabe) de bombardear Libia.

9. Las fuerzas progresistas que quieren que triunfe esta tercera revolución

9.1. Las poblaciones y los consejos transitorios de Túnez y Egipto

Aunque en ambos países son conscientes de que las pulsiones de las fuerzas reaccionarias son fuertes, en ambos son conscientes del potencial de empuje que su actuación puede tener.

El Acuerdo intra-palestino del 3 de mayo de 2011, propiciado por Egipto, es un ejemplo claro de que el acuerdo estaba ya cerrado, simplemente no había voluntad por parte de Israel y de Arabia Saudí de que fuera aplicado y por eso se iba demorando años su anuncio. Un Egipto nuevamente libre ha podido actuar de mediador honesto y rápido.

9.2. Las fuerzas monárquicas más progresistas: EAU y Kuwait

La tercera revolución árabe ha hecho que algunas monarquías del Golfo se alíen para mantener sus prebendas, otras en cambio están moviéndose para solucionar problemas. Kuwait ha sido especialmente activo en los últimos meses mediando entre EAU y Omán; y EAU ha sido fundamental en la mediación entre el Presidente y la oposición yemeníes.

9.3. Los palestinos y los países más afectados por la cuestión palestina: Jordania y Líbano

Los palestinos, quizás por ser el pueblo árabe que más ha sufrido en los últimos sesenta años, es quizás el más democrático. El pueblo palestino quiere que esta revolución triunfe; que se logre la paz; y que se pueda crear un estado: Palestina, que ponga fin a sesenta años de interinidad.

Lo que ocurra finalmente con los palestinos afectará decididamente a dos países bastante democráticos para los estándares regionales (Jordania y Líbano); y quienes asumieron y aún soportan la mayor carga de los refugiados palestinos.

9.4. Las poblaciones, sobre todo jóvenes y mujeres, en todo el mundo árabe

Esta tercera revolución está teniendo por protagonistas los jóvenes (hay 40 millones de jóvenes menores de 25 años en paro en el mundo árabe) y las mujeres de todos estos países.

10. Conclusión

Son mucho más numerosos las fuerzas y los poderes contrarios a que esta tercera revolución árabe se extienda a todo el mundo árabe, cuaje, y sea el inicio de una nueva realidad en el Mediterráneo y, por extensión, en el mundo entero.

No obstante, vivimos en una nueva era, que no tiene nada que ver con aquel cercano en el tiempo 2003 en que Occidente bombardeaba Irak. Estoy absolutamente convencida de que la legitimidad de las reivindicaciones populares árabes a favor de la dignidad del ser humano, de las libertades democráticas básicas y de la justicia social triunfará. Las nuevas tecnologías no permitirán que injusticias coyunturales se perpetúen. ¡De esta tercera saldremos vencedores!


[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Correspondencia_Husayn-McMahon
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdos_Sykes-Picot
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Mohamed_Bouazizi

El lastre sionista askenazi

Como continuación al artículo sobre el lastre wahabi saudí, viene este artículo sobre el segundo lastre que está actuando detrás de bastidores contra el progreso en Oriente Medio.

1. El nacimiento del Sionismo y la Declaración de Balfour

Los antecedentes históricos de este segundo lastre sionista fluyen de manera muy paralela al lastre wahabi. 1902 fue el año cuando Abd al-Aziz ibn Saud empezó la conquista de Riad. 1902 fue el año en que Theodor Herzl, un escritor y político húngaro, que era judío askenazi, publicó una novela llamada “Altneuland” –un título en alemán que en español significaría “Vieja nueva tierra”- y donde proyectaba como ficción lírica su ideario político sobre la construcción de un nuevo Estado para los judíos en Palestina, que ya había puesto negro sobre blanco en su libro “Judenstaat” (“El Estado Judío”) publicado en 1896 en Leipzig (Alemania), y que puede ser considerado el fundamento teórico del sionismo moderno. Sobre la base de esas ideas los primeros judíos askenazis tomaron las armas y empezaron sus primeras incursiones en tierra palestina, sus primeras “aliyahs”, a principios del siglo XX.

En 1917, cuando ya estaba claro que Alemania estaba perdiendo la Primera Guerra Mundial (1ª GM); que era Reino Unido (RU) quien estaba en el lado de los vencedores, y por ende que era RU el país que se debía presionar o cabildear; un judío sionista askenazi británico, el Barón Walter Rothschild, que los libros de Historia describen como “líder de la comunidad judía británica” en ese momento, escribió una carta al entonces Ministro de Asuntos Exteriores británico, Arthur James Balfour, solicitando el apoyo del Gobierno británico para su causa: la causa sionista de Herzl de crear un Estado judío en la Palestina árabe, en ese momento aún parte del Imperio Otomano. El entonces Ministro de Exteriores respondió en una carta fechada 2 de noviembre de 1917 y dirigida al Barón Rothschild (para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda), que: “El Gobierno de su Majestad favorece, en principio, el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y usará los medios a su disposición para facilitar la consecución de ese objetivo”. A esta carta se le ha puesto el mote de “Declaración Balfour”. A pesar de que la comunidad judía británica estaba compuesta en sus orígenes por judíos sefarditas españoles y portugueses que habían venido de la península ibérica, y que habían formado en 1760 el “Board of Deputies” (y “deputies” viene de la palabra española “diputados”, una organización que ha existido hasta nuestros días y que sigue siendo el principal representante del judaísmo en el RU), a través de los años los intereses creados de los judíos askenazis han conseguido controlar el judaísmo británico, cuando los intereses sionistas así lo exigían, y de ahí la carta de Rothschild. Los judíos askenazis también han desarrollado la misma estrategia de presión o cabildeo (lobby) y de manipulación en otros escenarios, incluido en Oriente Medio a lo largo del siglo XX. Veamos cómo.





 2. La Alianza Sionista-Wahabi en Oriente Medio para esconder la verdad sobre Asir

RU y Francia habían tenido un enemigo común contra el que luchar durante la 1ªGM: Alemania. Tras el final de la 1ª GM, los enfrentamientos entre RU y Francia en el escenario post-otománico se reanudaron. RU había colocado en 1918 a Faysal I como Rey de Damasco y Gaza (con la intención de ir cumpliendo paulatinamente, en parte de ese territorio, la promesa hecha al judaísmo sionista askenzi un año antes). Francia, por su parte, consideró inaceptable tener un Rey en Damasco bajo influencia británica, ya que colisionaba con la idea (y con el Acuerdo Sykes-Picot de 1916) de un parte septentrional de Oriente Medio francófona, por lo que Francia expulsó a Faisal I de Damasco en 1920. Al año siguiente, en 1921, RU puso a este mismo Faisal I  como Rey de Irak, donde estuvo hasta 1933.

El hecho de que RU y Francia estuvieran embarcadas en sus disputas territoriales personales es lo que hizo posible que los sionistas askenzis buscaran en la región algún aliado alternativo para su causa. Y lo encontraron con facilidad. Abd-al-Aziz Ibn Saud había logrado en 1913 anexionarse Hasa, pero su buena fortuna se había acabado ahí. No obstante, con la ayuda renovada de la nueva Alianza entre wahabismo saudí y sionismo askenazi, ibn Saud logró conquistar Hail en 1921, la Meca en 1924, Yedah en 1924 y Asir en 1926. El hecho de tener un aliado estable en la región, aunque fuera en la sombra, demostró ser fundamental para ambas partes en los siguientes noventa años.

Más allá de esa alianza militar coyuntural, había algo mucho más fundamental que los unía. Ambos querían reescribir la historia de un modo muy similar. Los saudíes querían controlar la Meca e imponer su visión ultraortodoxa del Islam sunita al resto del mundo islámico [lo cual hicieron y mantienen hasta nuestras fechas], y para lograr eso no querían a nadie curioseando por esos lares; y eso cuadraba bien con el objetivo sionista ashkenzi de mantener el secreto sobre Asir escondido para siempre. Los intelectuales sionistas ashkenazies querían que el mundo creyera que la Torah o Pentateuco había tenido lugar en Palestina, y también la Nabih, y también la Ketubim (esas son las tres partes, TNK, que componen lo que en Occidente llamamos el Viejo Testamento). Alguien escribió sobre el secreto de Asir en los 80, forzando por ende a askenzies y wahabis a modificar su estrategia. Pero esto lo abordaremos más adelante.

3. La creación del Estado de Israel y las cinco subsiguientes guerras árabe-israelíes

A pesar de las aliyahs o migraciones de judíos hacia tierra árabe continuaron, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial (2ª GM), cuando el sentimiento de culpa experimentado por la comunidad internacional ante las atrocidades del Holocausto (con más de seis millones de judíos y tres millones de gitanos asesinados, según las cifras oficiales facilitadas hasta la fecha) hizo posible, no crear un hogar para los gitanos (nunca tuvieron ni dinero, ni poder, con lo que pocas posibilidades de tener éxito), pero sí una tierra para los judíos. Y no en suelo alemán, que habría sido la reacción lógica, pues había sido Alemania la potencia que los había exterminado, pero en un territorio a cinco mil kilómetros de distancia, y un territorio del que los askenzis habían sido expulsados hacía casi dos mil años (los judíos sefarditas habían regresado a toda la región árabe en el siglo XV, después de que monarcas españoles, cegados por la ultraortodoxia católica de la Inquisición, los hubiera expulsado de Iberia).

De ahí que, tras la 2ª GM, el sentimiento mundial de arrepentimiento llevó a la creación del Estado de Israel en Palestina el 10 de mayo de 1948. Y para demostrar que el Curso de Acción (coa, como lo ponen los militares en inglés) de la operación había sido muy, pero que muy bien planeado con antelación, solo daré un dato irrefutable (los censos de población y las toponimias casi nunca mienten): a principios del siglo XX en Palestina había 10 palestinos por cada judío. A través de las subsiguientes aliyahs, la proporción se había elevado a 2 palestinos por cada judío incluso antes de que la comunidad internacional aceptara la creación de Israel.

La creación del Estado de Israel desencadenó la primera guerra árabe-israelí de 1948 y 1949, tras la cual Gaza quedó bajo control egipcio y Cisjordania bajo control jordano. No olvidemos que en ese momento, 1948 y 1949, Egipto estaba gobernado por otro monarca, Faruk I, que había sido puesto ahí por RU en 1936 (una potencia colonial, RU, que había ocupado Egipto desde 1882); y Jordania estaba gobernada por el Rey Abdallah, que había sido puesto en su trono por RU en 1922. De ahí que el garante del judaísmo sionista askenzi continuara siendo RU y su “Declaración Balfour”, a través de los monarcas bajo su influencia.

1948 era y sigue siendo para los palestinos la “Naqba”, la Gran Catástrofe, donde comenzó el éxodo masivo de palestinos. El Rey Abdallah de Jordania pagó un alto precio personal por ello, habiendo, en mi opinión, ayudado entre bastidores al plan premeditado de ayudar a RU a hacer realidad los sueños sionistas: Abdallah fue asesinado en 1949. Y su sucesor, el Rey Hussein tuvo que sofocar duramente a los palestinos, para no ser depuesto del poder.

El plan wahabi-sionista empezó a fallar cuando el primer Presidente árabe panarabista tomó el poder en Egipto: Gamal Abd al Nasser. En 1956, cuando Nasser se atrevió a retar a las potencias coloniales y nacionalizó el Canal de Suez, tuvo lugar la segunda guerra árabe-israelí. Algunos comentaristas políticos han recordado en 2011 en RU los días de Suez, y han comparan la cabezonería de Francia y RU en ese momento con lo que ha pasado en 2011 en Libia. Tras la debacle de Suez, Israel se dio cuenta de que necesitaba un nuevo padrino, y dirigió su mirada hacia EEUU.

Los años 50 y 60 fueron años de libertad en muchos países árabes, pero especialmente en Egipto y Siria. Fueron los años de la denominada segunda revolución árabe (tras la primera y bien breve revolución árabe de 1916), en que las mujeres empezaron por fin a ser libres, no tenían que usar el shador o hijab, y podían empezar a vivir vidas normales y decentes.

En 1966 el Rey Hussein de Jordania nombró como Primer Ministro a una persona que tenía vínculos muy cercanos con Arabia Saudí. Estimo que este nombramiento fue el principio del fin de la segunda revolución árabe. El wahabismo nunca quiso y nunca ha querido la liberación del mundo árabe y de la mujer árabe, ya que es un régimen dictatorial machista y elitista, que controla la Meca tras conquistarla por la fuerza; y que quiere mantener Asir escondido del mundo. De ahí que tras la alianza wahabi-sionista de los años 20, los wahabis y los sionistas formaron otra alianza a mediados de los años 60, para combatir las revoluciones árabes, obviamente desde la sombra. De ahí que, en mi opinión, Egipto y Siria se embarcaron en 1967 en la tercera guerra árabe-israelí, mal aconsejado por la manipulación saudí de Jordania. Israel [con su superioridad militar aplastante heredada del apoyo militar incondicional estadounidense] aplastó a sus rivales en sólo seis días (del 5 al 11 de junio de 1967) y ocupó todo el desierto del Sinaí, Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y Jerusalén Este. El sueño sionista ashkenazi de un gran “Estado Judío” tal cual lo había formulado Herzl a finales del siglo XIX, con todo Jerusalén única y exclusivamente bajo control judío, empezó a ser una perspectiva realista. Aunque fuera por la fuerza. Y a pesar de que la Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) 242 pedía a Israel que abandonara esos territorios ocupados por la fuerza (y decenas de Resoluciones del CSNU han vuelto a formular la misma petición desde entonces), los palestinos no tenían padrino, Israel sí, así que nadie nunca usó la fuerza contra Israel (a diferencia de lo que Occidente ha hecho desde entonces con muchos otros países) para forzarles a abandonar por la fuerza lo que tomaron por la fuerza.

Y tras esa guerra, la alianza wahabi-sionista logró, obviamente de nuevo tras bastidores, “restaurar la ley y el orden en el mundo árabe”. Estuvieron tras el cambio de signo en Egipto y en Siria. En Egipto pusieron un amigo en el poder, Anuar al Sadat, en 1970, quien como Mubarak desde 1981 hasta el 11 de febrero de 2011, interpretó bien el papel que le había tocado interpretar. En Siria, ayudaron a un militar de un grupo minoritario chiita, un alauita, a hacerse con el poder, también en 1970: Hafed al Asad. Israel ganó indefectiblemente la cuarta guerra árabe-israelí en 1973, y lo hizo rápido, con su simpar superioridad militar.

Una vez que todos los vecinos árabes habían sido domesticados en la sombra a través de dictadores peones, Israel tuvo las manos libres para concentrarse en eliminar los restos de la revuelta palestina. En 1982, Israel invadió completamente Líbano, en lo que ha sido denominado la quinta guerra árabe-israelí, con el pretexto de eliminar a los palestinos peligrosos de los campos; e Israel cometió las masacres de Sabra y Shatila. De nuevo con total impunidad.

4. Asir vs Jerusalén

En 1982, el mismo año que Israel invadió Líbano, un profesor universitario libanés, Kamal Salibi, ahora octogenario, había publicado en Alemania un libro, cuyo título traducido al español sería “La Biblia viene de Arabia” [y desde entonces ha sido traducido al inglés y se puede adquirir fácilmente (aunque caro) en SOAS o por internet], donde revelaba los resultados de estudios toponímicos (estudios de nombres de lugares) que había hecho en las ciudades y pueblos de la región de Asir (una región que se encuentra entre la cadena montañosa que atraviesa la zona central de Arabia Saudí y la franja costera del Mar Rojo). Los mapas que usó eran mapas de gran formato y muy detallados previos a 1975. Cuando leyó y analizó por primera vez los mapas de Asir, por pura chiripa (un arte, el de la chiripa, que incluso Einstein reconocía que había usado en sus descubrimientos), empezó a leer los nombres y a ver que coincidían casi al 99% con todos los nombres de lugar que se encontraban en el TNH o Antiguo Testamento. Y Salibi recoge en su libro un relato pormenorizado (usando toponimia y etimologías) de la historia de los antepasados de los judíos. Casi todos los nombre de lugar o toponimias recogidos en el Antiguo Testamento aún existían en Asir con nombres casi idénticos en 1982. Salibi incluso encontró un lugar llamado “Misr” en Asir, donde los antiguos judíos estaban cruzando un río, y que la manipulación sionista nos ha querido hacer creer que eran los judíos cruzando el Mar Rojo hacia Egipto, una versión sionista que jamás ha podido ser confirmada por los descubrimientos arqueológicos de las inscripciones o estelas faraónicas.

A partir de ahí la máquina de propaganda judía (que no es inferior a muchas otras en el mundo anterior y en el actual) empezó a funcionar a todo trapo, para contrarrestar y desacreditar el desvelamiento del secreto sionista-wahabi mejor guardado. En abril de 1987, Gerhard Konzelman publicó también en alemán su “Jerusalem, 4000 Jahre Kampf um eine heilige Stadt” (que traducido al español significa “Jerusalén, 4000 años de guerra por una ciudad santa”). Personalmente, he leído ambos libros, y me creo más las tesis de Salibi, es decir: que los judíos emigraron de Asir a Palestina en el siglo II a.C.; que se asentaron ahí; y que cuando los romanos llegaron ya estaba ahí. Pero la toponimia no miente, y Palestina era en el tiempo de los romanos un nombre de la tribu árabe que vivía en la zona, ningún rastro de judaísmo primitivo ahí. Pero para convencer al mundo de que el sueño manipulativo sionista de Herzl tenía que ser una realidad, como digo, no en Alemania, sino en Palestina, los sionistas no podían decir que solo habían estado ahí por trescientos años antes de ser expulsados por los romanos en el 70 d.C. Eso no habría sido suficientemente convincente. De ahí la necesidad de un cambio de estrategia sionista-wahabi en los 80 para continuar manteniendo Asir y su toponimia apartada del camino: empezar a hacer como si los israelíes quisieran la paz y negociaran con los palestinos.

5. Los dramas palestino y sefardí

A pesar de que el liderazgo palestino abjuró de sus principios; renunció a la lucha armada; y eligió la vía de la paz en noviembre de 1988, han pasado 22 años desde entonces y no hay señales de que un verdadero Estado palestino en el horizonte.

El derrocamiento de Hosni Mubarak, uno de los muchos peones wahabi-sionistas en la región, ha forzado a los palestinos en el poder (no los elegidos democráticamente en 2006, Hamas, sino los perdedores de esas elecciones, Fatah, mantenidos en el poder por los lobbys sionistas en Occidente) a apresurarse a Cairo para buscar un acuerdo con Hamas. Los saudíes habían pasado demasiados años haciéndonos creer que estaban dando forma a un acuerdo entre palestinos, pero igual que en “Alf Leila ua Leila” (“Las Mil y Una Noches”), el acuerdo nunca llegaba. Ahora, si el segundo peón wahabi-sionista, Asad, cae, otro brazo de los palestinos puede ser libre al fin e incorporarse a la dinámica. Y puede que también los palestinos libaneses puedan unirse. Aunque ellos lo tienen mucho más difícil: independientemente de la Resolución del CSNU 1701, Israel sigue sobrevolando a diario ilegalmente Líbano.

No obstante, los askenazis se muestran no sólo arrogantes y desdeñosos con los palestinos o los árabes israelíes, sino que manifiestan similar actitud hacia la otra mitad del puzzle judío en términos históricos: los judíos sefarditas. Los judíos sefarditas fueron acogidos por los países balcánicos y árabes desde el siglo XV, y aprendieron el arte de la convivencia. El rabino principal sefardí Shlomo Amar podría conseguir la paz entre israelíes y palestinos en una semana. Los judíos sefardíes llevan la convivencia en la sangre. La visión final de un acuerdo de paz es bien conocida para todos. Todos los que trabajan con ese expediente lo saben. Los parámetros de Taba de 2001 recogen todo, pero mientras no haya verdadera voluntad política, nada se moverá. La diplomacia de lanzadera continuará moviendo las maquinarias de la prensa (los periódicos tienen que vender todos los días), pero nada cambiará. Y podemos permanecer así por siempre jamás. ¡Sólo si el lastre ashkenzi sionista omnipotente y omnipresente le dejara a los judíos sefardíes intentarlo! Pero no, los sionistas ashlenzis, los que han llevado la voz cantante desde la creación del Estado de Israel, sólo llevan arrogancia. Y eso se debe a las reglas del juego. Y mientras no cambiemos las reglas del juego, la paz nunca será una realidad en Oriente Medio.

6. Las Reglas del Juego en el Mundo Hoy: Dobles Raseros, Manipulación Informativa, Terrorismo de Estado

La paz en Oriente Medio entre Israel y Palestina no llegará hasta que no cambiemos las actuales reglas del juego. No llegará y no puede llegar mientras las reglas del juego estén dirigidas, como en una orquesta celestial, por los dobles raseros o dobles estándares.

Israel puede ser una democracia dentro de sus fronteras, y puede condenar a su octavo Presidente, Moshe Katsav, el 30 de diciembre de 2010 por siete cargos de violación, abuso sexual y obstrucción a la justicia. Si el príncipe saudí homosexual que mató a su amante sirviente negro en un ascensor de un lujoso hotel londinense hubiera estado en Riad, lo habría matado con total impunidad, pero como el hecho acaeció en un país democrático, fue condenado en RU el 5 de octubre de 2010. Las verdaderas democracias luchan contra la impunidad dentro de sus fronteras, y eso hace Israel, el único país que hasta la fecha lo ha hecho en Oriente Medio.

El problema no es que Israel no sea democrático dentro, el problema es el sistema internacional en que Israel y el resto de nosotros nos hallamos. La democracia y el estado de derecho son absolutamente necesarios dentro de las fronteras de un país, y el respeto extremo por el derecho internacional es absolutamente necesario como única guía para las relaciones entre países y entre organizaciones internacionales.

Mientras el sistema internacional continúe aplicando dobles raseros y la ley de la jungla como su moneda de cambio internacional, no hay esperanza en el futuro, ni en relación con el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio), ni en relación con el resto de los otros muchos dramas internacionales pendientes.

¿Qué quiero decir exactamente con dobles raseros? Que los amigos son amigos (y por ende no están obligados a aplicar el derecho internacional), hasta que cambia la corriente de los intereses creados. Déjenme dar solo dos ejemplos regionales de lo que quiero decir con esto y que están conectados con nuestros lastres sionista-wahabis: (1) en febrero de 1979 el hijo de un peón[1] estadounidense ex-militar y auto-designado Sha fue derrocado en Irán y un Irán ayatolahi, la ultraortodoxia chiíta, se convirtió en el mayor enemigo del la ultraortodoxia sunita wahabita saudí; tras esto, en julio de 1979, Occidente ayudó a Sadam Hussein a alcanzar el poder en Irak y a que empezar a luchar contra el oponente iraní; (2) en abril de 1978 Nur Mohamed Taraki alcanzó el poder en Afganistán y empezó por primera vez educación pública gratuita que incluía a las mujeres, reforma agraria, separación de Estado y Religión, establecimiento de un salario mínimo, prohibición del comercio de opio y legalización de los sindicatos; fue largado del poder con apoyo de EEUU y Pakistán; luego [aún andábamos en plena Guerra Fría] la Unión Soviética envió sus tropas tras el 27 de diciembre de 1979, EEUU empezó a apoyar a los grupos rebeldes, a través de wahabistas, como Osama bin Laden, que fueron canalizando combatientes yihadistas wahabis desde todo el mundo árabe hacia Afganistán. Veamos los mismos escenarios tras el cambio de corriente: (1) cuando Sadam Hussein invadió Kuwait en 1990 se convirtió en enemigo del wahabismo saudita [dado que los estados del Golfo son todos peones sauditas, como Arabia Saudi ha mostrado claramente al mundo con el envío de sus tropas a Bahrein para suprimir manifestaciones pacíficas en marzo y abril de 2011]; Kuwait fue liberado y una zona de exclusión aérea fue establecida sobre Irak; pero Sadam se aferró al poder hasta que EEUU, violando la legislación internacional, empezó una guerra unilateral sobre Irak; que permitió capturar y luego matar a Sadam Hussein; y muchos miles han muerto en Irak desde entonces; (2) Osama bin Laden fue el mejor activo de la CIA en Afganistán durante dos décadas hasta el cambio de corriente y los wahabistas se quitaron la careta (habían estado intentando estudiar a fondo a su peor enemigo, EEUU, durante 20 años y ganar su confianza) y empezaron a hacer saltar por los aires un objetivo detrás de otro: Embajadas estadounidenses en África en 1998, el 11-S en 2001, los atentados de Madrid en 2004, los atentados de Londres en 2006; los saudíes dejaron de apoyar oficialmente su rama wahabi demente y EEUU empezó una guerra en Afganistán en octubre de 2001, menos de un mes después del 11-S; una guerra cuyo punto culminante ha sido el 1 de mayo de 2011, cuando tropas especiales estadounidenses violando de nuevo la legislación internacional, entraron en Paquistan, sin permiso del Gobierno paquistaní, atacaron un complejo en Abalabad, y en su habitual modo unitaleral, mataron a bin Laden. EEUU primero apoyó a Sadam Hussein, luego empezó una guerra para matarlo; y lo mismo con Osama bin Laden.

Con tal actitud unilateral por parte de EEUU, cada vez que las reglas de Naciones Unidas no se ajustan a sus deseos; y con un CSNU que aún hoy solo representa el equilibrio de poder que tenía el mundo al final de la 2ª GM (y de ahí que los vencedores de la 2ª GM –los cinco permanentes o P5- aún tengan poder de veto en el CSNU), el mundo no avanzará.

¿Por qué Occidente aplica la Resolución del CSNU 1973 contra Libia, y no se ha mostrado ni la mitad de resolutivo con la Resolución 242 contra Israel? ¿Por qué el lastre sionista se ha seguido comportando como si el derecho internacional no existiera para Israel, e Israel: (1) sobrevuela diariamente Líbano en contra de lo dispuesto en la Resolución del CSNU 1701; (2) es el único país en el mundo que tiene armamento nuclear (con la excusa de que tienen una situación regional muy particular); no ha firmado el TNP (Tratado de No Proliferación); y no sufre acoso ninguno por parte de la OIEA en Viena; (3) puede matar a sus enemigos en territorio de terceros países sin ser condenado por el CSNU (por ejemplo el líder de Hamas en Dubai en enero de 2010 usando más de diez pasaportes europeos falsificados); (4) puede bombardear la mayor prisión al aire libre del mundo, la franja de Gaza, y causar 1400 muertes civiles en enero de 2009 contra 13 militares israelíes muertos, y sin condena por parte del CSNU; (5) puede continuar construyendo asentamientos en territorio palestino, sin ninguna Resolución del CSNU que lo pare (de nuevo el padrino EEUU vetó el último intento el 18 de febrero de 2011). ¿Continuo? Ya vale. Hasta que sean conscientes de que los palestinos no son Hitler; de que no le hicieron daño alguno a los judíos; sino que simplemente han estado sufriendo sin parar durante sesenta años; nada se encauzará.

7. Tengo un Sueño: las Reglas del Juego que necesita el Mundo: Estado de Derecho dentro de los países y cumplimiento estricto del derecho internacional entre países

E Israel simplemente aplica, a nivel regional y más modesto, las mismas relgas unilaterales que aplica su padrino EEUU. Y lo mismo hacen los Saudíes. Y mientras Occidente (el unilateralismo de EEUU y el P5 del CSNU) tenga intereses creados de naturaleza geo-estratégica y continúe apoyando contra viento y marea la dictadura saudí contraria-al-estado-de-derecho y la democracia israelí que-conculca-la-legislación-internacional: (1) el PPOM (Proceso de Paz en Oriente Medio) no se moverá ni un centímetro; (2) la garra sionista-wahabi sobre los dictadores de Oriente Medio (obviamente tras bastidores, pues oficialmente siguieron muy bien el guión, como cuando emitieron en 2002 la Iniciativa Árabe de Paz en Beirut, la BAPI) seguirá siendo un hecho sobre el terreno; (3) y mientras todo siga haciéndose únicamente sobre la base de dobles raseros, seguirá alimentando las dinámicas de odio en la región.

E igual que Martin Luther King dijo aquel 28 de agosto de 1968 cuando expresó su sueño de igualdad y no discriminación, yo digo, como una diplomática con años de experiencia, que mi sueño es ver un día a Naciones Unidas convertidas en una institución de gobierno mundial verdaderamente democrática. Mientras ese sueño se hace realidad, EEUU y el unilateralismo del P5 seguirán siendo las fuerzas regentes decisivas en el mundo. Y solo el día en que Occidente tome conciencia de que todos estaríamos mucho mejor, puede que no a corto plazo, pero con absoluta seguridad sí a largo plazo, en un mundo gobernado exclusivamente por unas Naciones Unidas democráticas, y por ende gobernado solo por el derecho internacional; hasta que Occidente no tome conciencia de eso, seguiremos alimentando la maquinaria de los dobles estándares, la manipulación informativa, el terrorismo estatal y paraestatal, el odio y los resentimientos.

Cojamos esta oportunidad histórica que ha surgido ahora a través de esta tercera revolución árabe que ha derrocado algunos de los peones regionales del sionismo-wahabismo, Mubarak y Ben Ali, y: (0) empecemos a predicar con el ejemplo en Occidente y empecemos a cumplir escrupulosamente el derecho internacional; y empecemos poniendo los dos puntales fundamentales: (1) forzando la democratización de Arabia Saudí; y (2) forzando el respeto de la legislación  internacional por parte de Israel.



[1] Peón entendido en términos ajedrecísticos, es decir, peón de ajedrez. Y aquí me refiero a que el padre del Sha no fue monarca, por mucho que se le haya reverenciado a posteriori, sino que el padre del Sha derrocado en 1979 había sido un militar quien a su vez había derrocado al Sha en los años 30.